domingo, 17 de diciembre de 2017

Desafío de los 30 días, día 17



17.- Una sección imprescindible, (al margen de las propias reglas), que todo manual básico debería incluir.

Una cosa que sirve como colofón a la lectura de un buen manual es la inclusión de una aventura.

En pleno subidón de adrenalina, justo después de haber terminado un libro muy bueno, ¿qué es lo que más se te apetece a continuación? Evidentemente jugar y poner en práctica lo que acabas de leer. Y además, siempre suele ser el momento más inspirado para comenzar una aventura; ese en el que acabas de terminar con las reglas, vas a tope de subidón y la conjunción de planetas resulta propicia al tiempo que se te plantea la posibilidad de dirigir.

Si en ese momento llevas una aventura ya preparada, la cosa termina fluyendo como miel sobre hojuelas. Si tienes que prepararla tú, ya no es lo mismo. Ya te tienes que parar, reflexionar, pensar un argumento y demás detalles. Puede que la cosa se retrase más de la cuenta. ¡Incluso puede que el manual termine sin estrenar en la estantería! En cambio, con una aventura prefabricada a la ocasión la pintan calva. Además, esto sirve también para tomar el tono con que los propios diseñadores del juego han creado su juego.


Soy una persona muy visual. Un manual sin unas buenas ilustraciones que sirvan para completar mi imaginación sobre lo que estoy leyendo, normalmente no suele invitarme a comprarlo. 


La partida como suplemento que todo manual básico debería incluir se me antoja imprescindible por otro muchos motivos, como por ejemplo, todos los elementos que incluirá seguramente hayan sido testeados con anterioridad, de modo que puedes tener ciertas garantías de que el módulo que vas a jugar está probado y funciona  sobre la mesa.

También, al margen de que la aventura sirva para tomarle el tono al trasfondo, muchas de ellas también cumplen una función pedagógica, en el sentido de que suelen incluir consejos sobre dirección y recordatorios varios para que no se te olviden detalles de las reglas en tu primera partida.

Y eso es, en definitiva, lo que espero encontrar para rematar con estilo un manual cuando es bueno. Y cuando es malo, al menos tengo una aventura  de cortesía que seguramente pueda parchear para utilizarla con otro sistema que me guste más.

Eso fue todo por hoy. Si os gustó, podéis leer lo que otros participantes estiman conveniente incluir en los manuales pinchando sobre el siguiente listado.

Mañana mismo, ¡más cosas!


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