domingo, 1 de noviembre de 2015

El Desafío de los 30 días, día 2

Imagina un pueblo al que vamos a llamar… Homlet. No, Homlet sería demasiado obvio. Vamos a llamarle Highdell. Highdell es un pueblo que llega casi a la categoría de ciudad, si no fuera por que todos sus habitantes siguen llamándole “el pueblo de Highdell”. Esta rodeado de montañas, sin encontrarse en un sitio escarpado. Esta cerca del mar, sin tener puerto. Y lo atraviesa un camino comercial, sin ser una ciudad destino. En ese pueblo-ciudad, en el que de vez en cuando descansan grupos de aventureros, existen numerosos locales que les resultan interesantes, tanto a los habitantes como a los propios aventureros, aunque estos vayan de paso. ¿Qué local/edificio es el que está pasando por tu mente?



Las viejas historias cuentan que los antepasados de Highdell confiaban tanto en el poder de su magia, que los muy idiotas levantaron una torre en el cielo para desafiar a los Dioses. Por desgracia, éstos descubrieron el plan de los hombres antes de que su tarea fuese completada y como castigo, sus celestiales centinelas arrojaron sobre la urbe una espantosa maldición. 

Otras versiones narran que más allá del antiguo baluarte crepuscular que atraviesa las nubes, existe Babel, la Ciudad Invertida de los Cielos. Cuentan que los antiguos habitantes de Highdell tuvieron que exiliarse, no por la cólera de los dioses, sino gracias a sus advertencias sobre una gran cataclismo que estaba a punto de acontecer sobre los pecadores del mundo inferior.

Lamentablemente nadia ha conseguido desentrañar cual de estas leyendas es cierta, (si es que realmente alguna lo es). El camino que contornea la torre gira incrustado en una espiral sin barandillas ni otras protecciones, y muchos de sus segmentos se han derrumbado o permanecen demasiado escorados por la alarmante inclinación de la colosal estructura. De hecho, dicen que conforme se comienza la escalada, los tramos del voladizo sin terminar empiezan a estrecharse rápidamente haciéndose cada vez más impracticables. El fuerte viento y la absoluta prohibición a escalar el torreón ha evitado hasta ahora, que algún grupo de aventureros consiga explorar sus impenetrables secretos.

Esto no impide que tarde en tarde, el cuerpo de alguna "escoria" más atrevida de la cuenta "llueva" sobre los tejados de la villa recordando así una vez más, que la justicia divina no es motivo de sorna en la ciudad de Highdell.

Las TRES leyes más importantes de Highdell son:


- Nada de magia:
Ningún mago es bien recibido en la ciudad. Los Highdelitas consideran la magia como alguna suerte de enfermedad, una peste que azota a aquellos habitantes que muestran habilidad para esa clase de artes oscuras. Eso forma parte de la maldición de los Antiguos Dioses.

- Nada de escalar la torre: Esta prohibido escalar la torre bajo pena de muerte, sin excepciones. Es más, ¿qué torre?, ¡no existe ninguna torre!

- Tocado por los Dioses: Las ruinas de la gigantesca costrucción son peligrosas, ya no sólo por toda la historia que subyace tras ellas, sino por el mero hecho de que, en fin, son ruinas, y están tan altas y torcidas como el ojo de la Princesa de Eliss. No resulta extraño que en días de tormenta, o por puro capricho del azar, se desprendan cascotes y restos desde arriba. Aquellos "alcanzados por el divino poder" son inmediatamente apartados de la sociedad a causa de sus pecados, (si es que sobreviven al descalabro). Lo mismo puede decirse para aquellos que pierden su casa o sus posesiones a causa de los desprendimientos, ¡algo malo habrán hecho!.  


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