lunes, 17 de noviembre de 2014

El Desafío de los 30 Días: ¡Día 18!



¿Les pides deberes a tus jugadores entre partidas? Si es que si, ¿cuáles?

No, nunca. Antes me gustaba compensar el hecho de que alguien me trajese de casa el trasfondo de su personaje precedentemente de comenzar la primera sesión, con algunos puntos de experiencia adicionales. Después entendí que la interpretación y los detalles del trasfondo forman parte del propio juego y son suficiente recompensa por sí mismos, por lo enriquecedores que resultan para la diversión dentro de la partida; y que compensarlos con experiencia era un tipo de refuerzo equivocado. 


Tener una hoja de personaje como esta es algo que a todo jugador le llama la atención y una excelente recompensa por sí misma.

Opino lo mismo de los puntos de experiencia por interpretación. Es ridículo que, reunidos en un contexto dónde estamos jugando a rolear, se premie un hecho inherente al propio concepto de esparcimiento que estamos ejercitando. El premio en ese aspecto concreto, es la aprobación del resto de jugadores y el director como parte del concepto de diversión por el hecho de rolear. ¿Existe acaso mayor estímulo que ese?  Premiarlo como un añadido aparte es además, contraproducente si lo que se pretende es que tus jugadores interpreten de forma expontánea. Salvo en juegos como Torchbearer en el que existen mecanismos propios que premian valores hermenéuticos concretos dentro un cierto tipo de personaje, en el resto de juegos esto de dar puntos de experiencia por esa causa carece de una justificación práctica. 

El esfuerzo de interpretar repercute en el buen desarrollo de la partida, en los otros jugadores, y sobre todo, en tu propia satisfacción y diversión.


Así que ahora no pido ningún tipo de deber entre partidas, salvo que salga de forma común el proponerlo. Normalmente, “imponer” es un verbo que no suele conjuntar bien con “diversión” en una misma frase. Pero volviendo al tema de la interpretación, sé que más de uno se habrá encontrado en la mesa con alguien que viene y te dice, "es que a mí no me gusta interpretar". Osea, le gusta jugar, pero interpretar no. ¡Bien!, tienes la actitúd, ahora sólo te falta el resto. Jugar al rol como  actividad intrínsecamente gratificadora no siempre es reforzante del hecho de interpretar desde el principio, de igual modo que, por ejemplo, se necesita cierta habilidad antes de que una actividad que requiere competencia (como tocar un instrumento musical, por ejemplo) se vuelva inherentemente satisfactoria.

Quieres personajes con personalidad y trasfondo, ¿pero realmente lo estás haciendo bien como master?, ¿te has planteado qué es lo que pretendes y cómo alcanzarlo?


Ni con deberes entre partidas, ni con puntos por interpretación. La clave es colocar al jugador en situaciones dentro del propio juego dónde el hecho de interpretar sea seguido de la consecución de un resultado que estimule ese comportamiento, ¿lo pilláis? No es nada fácil, pero así, y con mucha paciencia, es como conseguirás que tus jugadores interpreten como tú quieres, (si es que es realmente lo que pretendes). Porque otra situación muy común con la que también me he encontrado es esta:

Al master le gusta que sus jugadores interpreten y lo considera como un objetivo esencial de su partida. Hasta ahí bien. A continuación diseña una aventura dónde:

- Los jugadores van del punto A al punto B
- Descienden al dungeon y se hartan de matan orcos
- Vuelven con el tesoro, suben de nivel y compran nuevo equipo

¿Qué papel juega la interpretación dentro de ese esquema que has fabricado? Señores, es muy importante tener claro lo que queremos practicar dentro del propio juego... Pero creo que estoy divagando más de la cuenta sobre la pregunta y esta cuestión me la reservo para una futura entrada, porque da para desarrollar un tratado.

7 comentarios:

  1. Me ha encantado la maquetación de la ficha de pathfinder ... ¿Se puede conseguir esa plantilla de alguna forma?

    Gracias y Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me gustaría poder ayudarte, pero es una imagen que he cogido del buscador y realmente no sé a quien pertenece. La he estado buscando, pero no doy con ella nuevamente, ojalá su autor nos lea y pueda darnos mas pistas sobre cómo lo hizo.

      Eliminar
    2. Si te fijas en el enlace menciona la aventura a la que pertenece. Se trata de "El Legado robado", una aventura que Acrobata2000 colgó en Archiroleros.

      Eliminar
  2. Me ha hecho gracia la frase de "es que a mí no me gusta interpretar"... vamos, es como si quieres jugar al futbol pero no quieres correr.

    Leñes, ahora que lo pienso, que hago yo comentando en vez de escribir la entrada de hoy del desafio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto. Le gusta el fútbol, pero no quiere correr. ¡Quedate con que lo interesante es que le gusta!, porque ya tienes la mitad del trabajo hecho. Motivarle a correr y explicarle por qué que el hecho de hacerlo es importante para jugar al fútbol es tu tarea como entrenador. Lo malo es que no hay apenas ningún manual que te explique como hacer eso, pero que a él que le guste hace que tu esfuerzo merezca la pena.

      Eliminar
    2. En mi experiencia la gente que he encontrado que "no le gusta interpretar" lo que no quiere es hablar en primera persona por su personaje. Afortunadamente eso es lo de menos para interpretar. Supongo que habrá gente que no quiera saber nada de interpretar a un nivel más completo pero no he tenido la suerte de encontrarmelos xD
      Lo de los deberes es curioso, porque yo nunca he obligado a nadie a hacer "deberes" entre partidas, pero una de las dos campañas que recuerdo como más satisfactorias se caracterizó porque varios de los jugadores se ponían deberes ellos mismos y de una sesión a otra me traían cartas para sus familiares o esquemas de como iban a gestionar alguna propiedad. Al acabar la campaña tenía una carpeta bastante llena de correspondencia (de los pjs y de los pnjs respondiendoles, y documentos de ese tipo).

      Eliminar
    3. Bien visto. El 90% de las veces que alguien te dice que no le gusta interpretar, es precisamente eso mismo: Miedo al hecho de tener que hablar por su personaje en primera persona. Por suerte, existen múltiples mecanismos para vencer ese obstáculo.

      Eliminar