jueves, 21 de noviembre de 2013

El desafío de los 30 días, día 22

Las mayores guarradas que he comido durante una sesión

-Prrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr- cacafuti. En esta pregunta me habéis pillado...Con o bien que íbamos: No suelo comer nada cuando dirijo las partidas, porque casi siempre me distrae de lo que estoy haciendo (todavía no han inventado al hombre multitarea) y, entre otras cosas, porque coger las patatas me llena las manos de grasa, y soy especialmente cuidadoso con el buen estado de mis libros.

Patatas con chocolate; debí mencionarlas cuando me preguntaron por mis enemigos.


De hecho, conmigo, guarrear la hoja de personaje de panchitos, mancharla de aceite, Cocacola o cosas por el estilo, puede suponer la pérdida de muchísimos puntos de experiencia.

 Manchar el libro o los apuntes del master supone como mínimo, la muerte directa del personaje por aguantarse las ganas de mear a la hora de bajar al dungeon, (y en la mayoría de las ocasiones, también la muerte del jugador). Así que, o jugamos y paramos para comer alguna chorrada, o pongo una mesa supletoria aparte, dónde las chucherías se mantengan fuera del alcance del papel, pero ambas cosas a la vez, mientras yo sea el director, ¡desde luego que no! -sonido de monóculo cayendo al suelo-.


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