lunes, 22 de octubre de 2012

Cada día me curro mejores títulos


Jack Vance y la Tierra Moribunda, la Tierra Moribunda y Jack Vance; conforme iba haciendo acopio de frases lapidarias y antiguos sortilegios en mi entradita de ayer, como Archimago no podía dejar de pensar en los buenos momentos vividos leyendo los cuentos que un día dieran pié la fantasía de Gygax. Los Ojos del Sobremundo o la Saga de Cugel forman ya parte del imaginario popular de la literatura fantástica; y a quien no se los halla leído se los aconsejo encarecidamente, (ya sabéis dónde buscarlos, no hace falta que el Archimago os lo diga), aunque sólo sea por las historias cortas del primer volumen. A buen seguro que os servirán, no solo para pasar un buen rato, sino también como inspiración para alguna partida. Palabra de Archimago.

El Archimago haciendo un cameo en la portada de Lyonessei.

El caso es que ayer mientras escribía, recibí por casualidad un correo de los de Paizo, de esos de los que que informan sobre la avalancha mensual de manuales con las que consiguen inundar el mercado bajo un extraño halo de incertidumbre rolera y una buena dósis de envidia, ¿realmente son capaces de vender todo esos cachivaches?. Bajo todo el chaparrón de libros de insustancial contenido (recordadme que en otra ocasión os hable sobre The Asylum Stone, la aventura número sesenta y cinco (¡brutal!) y la tercera de su último Adventure Path, me encontré con algo que ansiaba desde hace bastante tiempo:The Dying Earth Revivification Folio.

El comienzo de Los Ojos del Sobremundo sirve como portada a este nuevo manual revisado.

Hace tiempo, recuerdo que en el foro de Nosolorol (cuando aún tenían foro), intenté hacerme sin éxito con el juego de la Tierra Moribunda pero no lo conseguí. Es una de esas ballenas blancas que tengo atravesadas, junto con una copia física de Riddle of Steel y alguna cosilla más con ya que ya os aburriré en otro momento.

Un libro que presenta un sistema nuevo y mejorado sobre el original de La Tierra Moribunda que es, como diría Velasco, uno de esos magníficos sistemas injugables. Presuntamente todas las reglas que se requieren para jugar aparecen en este nuevo material exquisitamente ilustrado (aún no he visto el interior). Las reglas han sido ajustadas en antención a superar el principal escollo a la hora de jugar, pues muchos se quejaban del sistema de combate ingeniosamente diseñado y con un cierto parecido con los duelos de insultos de la Saga de Monkey Island. De manera que se ha incluído una mecánica de coletillas que aún tengo que comprobar por mí mismo, pero que de entrada me deja un estupendo sabor de boca.

Ojalá en la mesa todo fuera tan sencillo como esto...


 Esa era la principal baza en contra del juego y ahora que la han arreglado, chapó. Ya os contaré cuanto tiempo tardo en hacerme con él. ¡Minipunto para Pelgrane Press y su sistema de magia vanciana!. El bueno. El original. El otro no. El otro malo, ¡caca! -el Archimago agita la mano sobre la cara de su familiar-.
 En fín, me despido de vosotros hasta la siguiente entradilla y esperemos que para entonces sepa algo más sobre esta "remodelación manualística".

 Procuraré manteneros al tanto. 

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